El cáncer colorrectal, que afecta al colon y al recto, es uno de los tumores malignos más comunes a nivel mundial. Se sitúa como el segundo en incidencia en hombres y mujeres, después del cáncer de pulmón y de mama, respectivamente. La incidencia de este tipo de cáncer aumenta con la edad.
Gracias a los programas de prevención, se ha incrementado el número de pacientes diagnosticados que requieren una resección quirúrgica como tratamiento inicial. La extirpación quirúrgica consiste en la eliminación de la zona afectada.
El cáncer de colon tiene su origen más común en pólipos que se desarrollan en el interior del colon. Si estos pólipos no son detectados y extirpados a tiempo, pueden crecer, inflamarse y degenerar en tumores malignos que pueden obstruir el colon o diseminarse en forma de metástasis a otros órganos. Las pruebas de detección precoz, como la colonoscopia, la colonoscopia virtual, el test de Septina 9 y el test de sangre oculta en heces, son fundamentales, ya que cuando se trata en etapas tempranas, la tasa de curación puede alcanzar el 90%.
Los síntomas del cáncer colorrectal varían dependiendo de la ubicación en el intestino. Los más comunes incluyen la presencia de sangre en las heces, dolor abdominal, cambios en el patrón intestinal habitual, heces más estrechas debido a la presencia del tumor, sensación de evacuación intestinal incompleta, cansancio o pérdida de peso inexplicables. En caso de presentar alguno de estos síntomas, es recomendable acudir a un especialista y realizar pruebas de detección precoz, como la colonoscopia.
El tratamiento del cáncer colorrectal es multidisciplinario e involucra a especialistas en gastroenterología, oncología, radiología y cirugía digestiva.
En la mayoría de los casos, se requiere una intervención quirúrgica para extirpar la parte del colon donde se encuentra el tumor. Esta operación se considera compleja y puede realizarse mediante laparoscopia o cirugía abierta, dependiendo del caso. llevamos a cabo el abordaje laparoscópico en aproximadamente el 95% de los casos, lo que permite una recuperación más rápida del paciente y, por lo tanto, iniciar rápidamente la quimioterapia cuando sea necesario.