La enfermedad inflamatoria intestinal (EII) es un término que engloba dos afecciones principales: la enfermedad de Crohn y la colitis ulcerosa. El diagnóstico de la EII implica una serie de pasos para determinar qué tipo de EII está presente y su gravedad. Aquí se describen los principales pasos en el proceso de diagnóstico:
El proceso de diagnóstico comienza con una revisión exhaustiva de los síntomas del paciente y su historial médico. Los síntomas comunes de la EII incluyen diarrea persistente, sangre en las heces, dolor abdominal, pérdida de peso inexplicada, fatiga y otros síntomas gastrointestinales.
Se realiza un examen físico para buscar signos de EII, como sensibilidad abdominal, fiebre, erupciones cutáneas, úlceras bucales y otros.
Se pueden realizar análisis de sangre y heces para buscar marcadores de inflamación, como la proteína C reactiva (PCR) y la velocidad de sedimentación globular (VSG), así como para descartar otras afecciones.
Una colonoscopia es una prueba en la que se introduce un tubo flexible con una cámara en el extremo a través del recto y el colon. Permite al médico visualizar el revestimiento del intestino y tomar biopsias de áreas anormales. Este procedimiento es fundamental para confirmar el diagnóstico de EII y determinar su ubicación y gravedad.
En algunos casos, puede ser necesario realizar una endoscopia del intestino delgado, llamada enteroscopia, para examinar esta parte del tracto gastrointestinal.
Se pueden realizar estudios de imagen como la tomografía computarizada (TC) o la resonancia magnética (RM) para evaluar la extensión de la inflamación y para descartar complicaciones como abscesos o fístulas.
En algunos casos, se puede usar una cápsula endoscópica que el paciente traga. Esta cápsula contiene una cámara que toma imágenes mientras se desplaza a través del tracto gastrointestinal, permitiendo la evaluación de áreas que no son accesibles mediante una colonoscopia convencional.
El médico también puede llevar a cabo un proceso de diagnóstico diferencial para descartar otras condiciones que pueden presentar síntomas similares, como el síndrome del intestino irritable o la enfermedad celíaca.
El diagnóstico y manejo de la EII a menudo involucra a un equipo multidisciplinario que incluye gastroenterólogos, radiólogos, patólogos y otros especialistas.
Una vez que se ha establecido el diagnóstico de EII, el tratamiento y el manejo de la enfermedad dependerán del tipo de EII, su gravedad y la respuesta individual del paciente. La EII es una enfermedad crónica que requiere atención y seguimiento continuos para controlar los síntomas y prevenir complicaciones a largo plazo.