El Fibroscan es una herramienta médica utilizada para evaluar la rigidez del hígado y determinar la cantidad de tejido cicatricial (fibrosis) presente en el hígado. También se conoce como elastografía por transición de onda (TE), y es una alternativa no invasiva a la biopsia hepática, que solía ser el estándar de oro para evaluar la fibrosis hepática.
El Fibroscan se realiza mediante un dispositivo que utiliza una sonda de ultrasonido especial que se coloca sobre la piel del abdomen, generalmente en la región del hígado. El dispositivo emite una onda de choque que viaja a través del hígado y mide la velocidad a la que la onda se propaga a través del tejido hepático. Esta medición se utiliza para calcular la rigidez del hígado. Cuanto más rígido sea el hígado, mayor será la probabilidad de que haya fibrosis hepática.
El Fibroscan se utiliza en diversas situaciones clínicas, que incluyen:
El Fibroscan ofrece varios beneficios en comparación con la biopsia hepática invasiva, incluyendo:
Aunque el Fibroscan es una herramienta valiosa, también tiene limitaciones. La interpretación de los resultados debe realizarse en el contexto clínico adecuado, y en algunos casos, se pueden requerir pruebas adicionales para obtener un diagnóstico completo. También puede haber dificultades en pacientes con obesidad grave o ascitis, que pueden interferir con la precisión de las mediciones.
En general, el Fibroscan ha mejorado significativamente la forma en que se evalúa y gestiona la enfermedad hepática crónica, proporcionando una alternativa eficaz y menos invasiva a la biopsia hepática. Sin embargo, su uso y la interpretación de los resultados deben ser realizados por profesionales médicos con experiencia en enfermedades hepáticas.