Un reciente estudio publicado en la revista "Celda" revela que las células gliales, encargadas de brindar soporte a las neuronas, transmiten señales de estrés desde el sistema nervioso central al sistema nervioso entérico en el tracto gastrointestinal, y esto ha sido identificado en modelos animales de ratón por investigadores de la Escuela de Medicina Perelman de la Universidad de Pensilvania (Estados Unidos).
Estas señales de estrés psicológico pueden desencadenar inflamación y empeorar los síntomas de la enfermedad inflamatoria intestinal (EII). Se estima que aproximadamente 1,6 millones de estadounidenses sufren actualmente de EII, que engloba la enfermedad de Crohn y la colitis ulcerosa, caracterizadas por la inflamación del tracto gastrointestinal y síntomas como diarrea persistente, dolor abdominal y heces con sangre. La inflamación prolongada puede ocasionar daños permanentes en el tracto gastrointestinal. Los tratamientos actuales incluyen medicamentos antiinflamatorios, inmunosupresores, cambios en la dieta y esteroides.
El autor principal del estudio, Christoph Thaiss, comenta: "Durante mucho tiempo, los médicos han observado que el estrés crónico puede empeorar los síntomas de la EII, pero hasta ahora no se había identificado ninguna conexión biológica que explicara cómo el sistema digestivo percibe el estrés".
Los investigadores encontraron que los ratones con EII desarrollaron síntomas graves cuando estaban estresados, al igual que ocurre en los seres humanos. Observaron que las primeras señales de respuesta al estrés se originaban en la corteza suprarrenal, responsable de liberar glucocorticoides, hormonas esteroides que activan las respuestas fisiológicas al estrés en todo el cuerpo.
Además, descubrieron que las neuronas y las células gliales en el sistema nervioso entérico respondían a niveles elevados de glucocorticoides de manera crónica, lo que sugiere que actúan como el vínculo entre la percepción del estrés por parte del cerebro y la inflamación intestinal.
Aunque los glucocorticoides suelen tener efectos antiinflamatorios en el cuerpo, los investigadores encontraron que, cuando las células gliales en el sistema nervioso entérico se exponen a estas hormonas durante períodos prolongados, como en el estrés crónico, atraen glóbulos blancos al tracto gastrointestinal, lo que incrementa la inflamación.
También descubrieron que, bajo estrés crónico, las neuronas en el sistema nervioso entérico del tracto gastrointestinal dejaban de funcionar normalmente, lo que podía ocasionar problemas de defecación y empeorar los síntomas de la enfermedad inflamatoria intestinal.
Para verificar la conexión entre el estrés psicológico y los síntomas de la enfermedad inflamatoria intestinal en humanos, los investigadores utilizaron el Biobanco del Reino Unido y una cohorte de pacientes de la Iniciativa de Inmunología de la EII en Penn Medicine. Descubrieron que en los pacientes diagnosticados con EII, el nivel de estrés informado se correlacionaba con una mayor gravedad de los síntomas.
Maayan Levy, profesora asistente de Microbiología y coautora del estudio, destaca: "Este hallazgo resalta la importancia de las evaluaciones psicológicas en pacientes con EII, así como en la elaboración de protocolos de tratamiento".
Los investigadores consideran que existen oportunidades para llevar a cabo más investigaciones sobre la biología de las células gliales entéricas y su papel en diversos sistemas reguladores del cuerpo, incluyendo la comunicación entre el sistema nervioso y el sistema inmunológico.