Se trata de un trastorno poco común que afecta al esófago y puede manifestarse en cualquier etapa de la vida, sin distinción de género.
Este trastorno se caracteriza por la incapacidad del esófago para contraerse adecuadamente y empujar los alimentos hacia el estómago. Además, se presenta una falta de relajación en el esfínter esofágico inferior (la unión entre el esófago y el estómago), lo cual dificulta el paso correcto de los alimentos hacia el estómago.
El síntoma principal es la sensación de que los alimentos se detienen a mitad del pecho al comer. Esta sensación puede ser intermitente al principio y empeora a medida que avanza la enfermedad, afectando también la ingesta de líquidos.
Otros síntomas importantes incluyen la regurgitación de alimentos no digeridos al estar acostado o durante las comidas, dolor torácico, acidez estomacal y pérdida involuntaria de peso.
El objetivo del tratamiento es reducir la presión y aumentar la relajación del esfínter esofágico inferior para facilitar el paso de los alimentos hacia el estómago.
El tratamiento médico implica el uso de medicamentos relajantes de la fibra muscular del esfínter o la inyección de toxina botulínica. Sin embargo, estos tratamientos son temporales y no adecuados para todos los pacientes.
Otra opción de tratamiento es la dilatación endoscópica del esfínter esofágico, que consiste en la introducción de un balón inflado en la unión entre el esófago y el estómago. Durante este procedimiento, el paciente permanece sedado y se realiza un control radiológico. En casos en los que este procedimiento resulta insuficiente, se puede recurrir a la cirugía.
La cirugía utilizada para tratar la acalasia se conoce como esofagomiotomía. Consiste en la denervación (reducción de la estructura nerviosa) de los últimos 5-10 centímetros del esófago, lo que disminuye la presión en esa área y permite un mejor paso de alimentos y líquidos desde el esófago hacia el estómago.