Las hernias son defectos en la pared abdominal en los que una parte del contenido intestinal protruye formando un abultamiento. Estas hernias generalmente se desarrollan en áreas de debilidad de la pared abdominal, ya sea debido a defectos anatómicos (como las hernias umbilicales, inguinales o crurales) o como resultado de cirugías previas (en este caso se denominan eventraciones o hernias incisionales).
Las hernias pueden causar molestias o dolor localizado en el área de la hernia o en el bulto protruido. En casos más graves, la hernia puede volverse estrangulada, lo que significa que el contenido herniado queda atrapado y puede sufrir necrosis e infección. Esto causa un dolor intenso y requiere una intervención quirúrgica de urgencia para evitar complicaciones graves.
El tratamiento para las hernias es siempre quirúrgico y consiste en reparar el defecto de la pared abdominal, reducir la hernia y reforzar la zona afectada utilizando suturas o una malla de material plástico. En la actualidad, el uso de mallas es la opción más común debido a su menor tasa de recurrencia.
La cirugía puede realizarse mediante laparoscopia o cirugía abierta, según el caso específico. Si no hay complicaciones, la mayoría de las veces el paciente no requiere más de un día de hospitalización (en algunos casos incluso puede irse a casa el mismo día) y la recuperación suele ser rápida y exitosa para el paciente.
